Una reciente sentencia ha subrayado la importancia de contar con registros horarios firmados por los empleados para que estos sean considerados pruebas válidas en caso de disputas laborales.
En este caso, una empresa fue condenada a pagar más de 5.000 € por horas extras no registradas adecuadamente. El problema surgió cuando un empleado demandó a la empresa, reclamando el pago de 671 horas extras que afirmó haber trabajado. Durante el juicio, el trabajador presentó testimonios de sus compañeros para corroborar su horario habitual de trabajo.
Por su parte, la empresa presentó como defensa un registro horario en papel, pero este documento, aunque contaba con el sello de la empresa, no estaba firmado por el empleado. El tribunal, al evaluar las pruebas, determinó que la falta de firma del trabajador invalidaba el registro horario presentado. La ausencia de firma generaba incertidumbre sobre la exactitud del documento, lo que llevó al tribunal a desestimarlo como evidencia.
En consecuencia, se aceptaron los testimonios del trabajador y sus compañeros, lo que resultó en una condena para la empresa de 5.750 € en concepto de horas extras no pagadas.
Este fallo se basa en la doctrina del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que establece la responsabilidad de las empresas en mantener registros horarios precisos y confiables. La falta de firma en el documento impidió que el tribunal aceptara el registro horario en papel como prueba válida.
Esta sentencia se produce en un contexto de propuestas para mejorar los sistemas de registro de jornada laboral. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha sugerido eliminar el uso de registros en papel, proponiendo en su lugar un sistema electrónico vinculado con la Inspección de Trabajo. Este sistema busca garantizar la precisión y seguridad de los registros horarios, alineándose con las normas de la Unión Europea y facilitando la supervisión remota.
La decisión del tribunal enfatiza la necesidad de que tanto los registros horarios en papel como electrónicos cumplan con criterios específicos para ser aceptados en disputas laborales. Las empresas deben asegurarse de que sus sistemas de registro permitan a los empleados registrar su jornada de manera clara y accesible, garantizando así su validez como prueba.